Ahora, que ya corona el Santísimo Cristo de la Sangre su canastilla. Ahora que la primavera, aunque no la meteorológica, ya está impresa en el calendario. Ahora, que ya al fin las parihuelas de ensayo han dejado paso a las mudás, al fundido de la cera, al recogimiento del encomiable trabajo de los priostes. Ahora, ahora llega nuestro momento.
Muchos han sido los ensayos, las horas dedicadas al montaje y perfeccionamiento (no podía ser de otra manera de la mano de quién recorremos este camino) de cada una de las marchas que conforman el repertorio de nuestra formación, pero al fin, esto ya está aquí.
Deseando estamos de volver a acompañar y sentir como el Cirineo sucumbe Por el Amor de un Barrio en la tarde del Sábado de Pasión en San Jerónimo, de ser la banda sonora con la que el Amor Despojado surca el corazón de la Tacita de Plata el Domingo de Ramos, de volver a aliviar la subida a la Parroquia de la O a esa cuadrilla portentosa que sobre los pies acuna al Soberano Poder de Sanlucar de Barrameda, de poder realizar de nuevo nuestra Estación de Penitencia el Martes Santo Bendito tras los pasos de nuestro Santísimo Cristo de la Sangre, rezándole con nuestros sones, con Sus sones de Cornetas y Tambores, de poder repartir Salud y Vida en la tarde del Jueves Santo de Chipiona tras su Jesús Cautivo, y de servir de fondo musical de una Madrugada Mágica en la que Lebrija se rinde a los pies de su Jesús Nazareno.
Esto ya está aquí. Disfrútenlo como sin duda lo haremos los músicos de la Sangre de San Benito.
Feliz Semana Santa
